A partir de un abordaje etnográfico que incluye la participación corporal del investigador como una metodología específica que denominamos etnoperformance, profundizaremos el análisis de los siguientes casos -algunos de los cuales comenzaron a ser estudiados en proyectos anteriores-: a) Performances surgidas de distintas tradiciones orientales, afro y amerindias que han sido reapropiadas en los circuitos culturales urbanos de Buenos Aires y Rosario (tai chi, danza butoh, capoeira, danzas afro brasileñas, danzas y músicas andinas). b) Artes performativas practicadas en proyectos no gubernamentales llevados a cabo en barrios populares de Capital y Gran Buenos Aires, caracterizados por utilizar el arte como medio de "transformación social" para promover la inclusión social, los derechos humanos, la recuperación de espacios públicos y memorias locales (el Proyecto Kuntur en Villa 31, la "Asociación Engranajes” en Beccar y grupos de “teatro comunitario”). c) Las performances de grupos aborígenes y campesinos (“músicos” y "dancistas" tobas de Formosa, "copleros" y "sikuris" de Humahuaca), que son utilizadas políticamente para intervenir en sus relaciones intra e interétnicas. Nuestra hipótesis es que, a pesar de la diversidad de estas performances culturales, su práctica reiterada produciría en los performers una similar correlación entre: la exploración de sus posibilidades creativas y reflexividad corporizada, por un lado, y su capacidad de agencia en distintas situaciones socioculturales, por otro. Por tanto, estas prácticas implicarían un potencial político que, especialmente en contextos de exclusión social, sería utilizado estratégicamente para intentar transformar posiciones identitarias subalternas o estigmatizadas (de género, clase, etnia/raza), así como en las luchas por los derechos sociales y culturales.